lunes, 25 de enero de 2010
Plan Schlieffen
El grueso de sus fuerzas atravesaría Bélgica, para emprender después —desde el norte y con el máximo de medios en el ala derecha— una ofensiva para cercar al ejército francés, destinada a la destrucción total de las tropas aliadas. Una vez conseguido este objetivo, deberían volverse hacia la frontera rusa, cuya movilización militar sería más lenta.
Schlieffen no tardó en encontrar problemas. El ejército alemán debería extenderse hacia el norte con una potente ala derecha pero sin debilitar el centro y la izquierda, pues allí se esperaba el ataque francés principal. Para ello le faltaban divisiones y hombres. No podía esperar que el ejército regular (el que se mantiene en épocas de paz) pudiera asumir tan largo frente. Pero se le ocurrió una solución innovadora: usar los reservistas. Los reservistas eran considerados soldados mediocres y únicamente aptos para labores de ocupación y retaguardia, no para la lucha, pero Schlieffen decidió sumarlos al frente. Así pudo mantener una ala derecha potente y el centro y la izquierda lo suficientemente fuertes como para detener el ataque francés.
Batallas
Ha habido dos combates que reciben el nombre de Batalla del Marne, ambos en el curso de la Primera Guerra Mundial. El término designa en general a la primera, que sucedió en el otoño de 1914.
La batalla se desarrolló del 5 al 9 de septiembre y marca el quiebre del plan Schlieffen y el comienzo de la guerra de posiciones.
Los alemanes llegaron al Marne y amenazaron con encerrar a los ejércitos del este el 2 de septiembre. Gracias a los primeros aviones, que hicieron su aparición en el campo militar como simples observadores, los franceses se dieron cuenta de la amenaza. El general Joffre creó un nuevo ejército en París. Además una transmisión de radio alemana fue detectada gracias a la antena de 24 m colocada justo en la cúspide de la Torre Eiffel. En dicha transmisión, que por error no se envió codificada, se transmitía que el ejército alemán estaba bloqueado debido al agotamiento de sus tropas.
El 5 de septiembre, el VI Ejército Francés, comandado por el general Maunoury, inició el combate contra el I Ejército Alemán, al mando del general von Kluck, entre Nanteuil-le-Haudouin y Meaux. El general Joseph Gallieni, gobernador de París, reunió a todos los taxis de la ciudad (unos 600, Renault AG principalmente) para enviar con urgencia 6.000 reservistas al campo de batalla, donde el general Maunoury sufría un violento ataque alemán el 7 de septiembre.
Batalla del rio somme.
La Batalla del Somme de 1916 fue una de las más largas y sangrientas de la Primera Guerra Mundial, con más de un millón de bajas entre ambos bandos. Las fuerzas británicas y francesas intentaron romper las líneas alemanas a lo largo de un frente de 40 km al norte y al sur del río Somme,en el norte de Francia. El principal propósito de la batalla era distraer a las tropas germanas de la Batalla de Verdún; sin embargo, las bajas de la batalla del Somme terminaron siendo superiores a las de esta última.
La batalla es recordada principalmente por su primer día, 1 de julio de 1916, en el que los británicos sufrieron 57.740 bajas, de las cuales 19.240 fueron mortales. Constituye la batalla más sangrienta en la historia del Ejército Británico.
Igualmente terrible fue la batalla para el Ejército Alemán, descrita por uno de sus oficiales como "la tumba de barro del ejército en campaña". Cuando acabó la batalla, ambos bandos habían comprobado hasta qué punto podía ser mortífera la guerra moderna. La suma importancia del Somme en el devenir posterior de la guerra queda reflejada en las palabras del oficial e historiador británico Sir James Edmonds: "No es demasiado arriesgado decir que las bases de la victoria final en el Frente Occidental fueron sentadas por la ofensiva de 1916 en el Somme."
El mismo año se rodó el documental y filme propagandístico La Batalla del Somme, que utilizaba algunas escenas reales grabadas durante los primeros días de la batalla.
Batalla de verdum.
La Batalla de Verdún fue la más larga de la Primera Guerra Mundial, y la segunda más sangrienta tras la Batalla del Somme. En ella se enfrentaron los ejércitos francés y alemán entre el 21 de febrero y el 19 de diciembre de 1916, alrededor de Verdún, en el nordeste de Francia. El resultado fue de un cuarto de millón de muertos y alrededor de medio millón de heridos entre ambos bandos.
La batalla se popularizó por el famoso «¡No pasarán!» dicho por el comandante francés Robert Nivelle.
En el terreno donde se llevaron a cabo los enfrentamientos se construyó un memorial donde reposan mezclados los restos de miles de soldados de los dos países que no pudieron ser identificados.
La 1ª guerra mundial
Sin embargo, las reglas de juego de la diplomacia internacional fueron variando poco a poco. A medida que crecían las necesidades de expansión de las grandes potencias industriales, las confrontaciones se fueron haciendo incontrolables. Por un lado, era difícil resolver los conflictos en un escenario que se había ampliado. Los enfrentamientos ya no sólo podían presentarse en Europa sino también en África, China o el Medio Oriente. Además, había nuevos competidores y eran muy agresivos. Estados Unidos y Japón se habían convertido en grandes potencias que se disputaban el dominio del área del Pacífico. Alemania aparecía pujante y poderosa, pero insatisfecha por haber llegado tarde al reparto colonial. Sus intereses expansionistas en China y África del Sur chocaban con el dominio que los ingleses habían establecido en esas zonas. Justamente, las posiciones irreconciliables entre Alemania e Inglaterra fueron las que generaron un sistema de alianzas permanentes que puso en peligro la paz mundial. Por un lado, se formó la Triple Alianza, que en realidad fue sólo una alianza entre Alemania y Austria-Hungría, pues Italia, el tercer integrante, no tardó en apartarse. Por otro, Francia, el Imperio ruso y Gran Bretaña se unieron en la Triple Entente.
BANDOS:
Triple entente: Francia, Reino Unido y Imperio Ruso.
Tiple alianza: Italia, Imperio aleman y Impeio austro-húngaro.
Guerra de movimientos: La guerra de movimientos (1914)
Recibe el nombre de las operaciones que tuvieron lugar durante 1914, centradas en los esfuerzos alemanes para derrotar a Francia y, una vez conseguido esto, aniquilar los ejércitos de Rusia. Durante esta fase los alemanes emplearon una estrategia basada en rápidos movimientos con el objetivo de sorprender a sus adversarios.
Se desarrolló en dos frentes:
En el occidental
Alemania puso en práctica el plan diseñado por el general del Estado Mayor A. Von Shlieffen e invadió Bélgica violando con ello la neutralidad de ese país. La intención era sorprender a los franceses por el norte y llegar hasta París en pocas semanas.
El plan Shlieffen pareció tener éxito, pues una vez eliminada la oposición de los franco-británicos en Charleroi, los alemanes emprendieron un rápido avance por territorio francés sin encontrar apenas una resistencia organizada. El gobierno francés hubo de abandonar París y se retiró a Burdeos.
Sin embargo, ante el empuje alemán, los franceses replegaron sus tropas y las concentraron en torno al río Marne. El comandante de las fuerzas alemanas Von Moltke, presumiendo una fácil victoria, envió algunas divisiones al frente oriental, donde los rusos resistían con fuerza y solidez inesperadas.
Von Moltke
Los franceses, comandados por el general Joffre, reorganizaron sus ejércitos aprovechando el traslado de tropas alemanas al frente oriental. Pasaron a la ofensiva en día 5 de septiembre, fecha de inicio de la batalla del río Marne donde sorprendieron a los desprevenidos alemanes que hubieron de emprender la retirada, aunque más tarde lograron estabilizar el frente.
La batalla del Marne puso de relieve el fracaso de los planes alemanes para vencer a los franceses mediante un ataque relámpago. Moltke fue sustituido por el general Falkenhayn.
En el frente oriental
El fracaso alemán en Francia se debió en gran medida a la contundente intervención de los rusos, hecho no previsto por los estrategas alemanes que menospreciaban su capacidad de movilización. Por contra, los rusos penetraron en Prusia oriental a finales de agosto derrotando a los austríacos en Lemberg y conquistando la región polaca de Galitzia (bajo soberanía austríaca).
Mariscal Hindenburg
Prisioneros rusos de Tannenberg
El inesperado empuje ruso provocó el repliegue alemán hasta que el general Hindenburg (jefe de las tropas alemanas en el frente oriental) logró con los refuerzos provenientes del frente occidental obtener dos sonadas victorias en Tannenberg (agosto de 1914) y en los Lagos Masurianos.A pesar de esos reveses, los rusos lograron apoderarse de la Galitzia austríaca y de Serbia, que previamente había sido derrotada por Austria.
El fracaso de la guerra relámpago planeada por Shlieffen condujo a una estabilización de los frentes,abriendo paso una nueva fase conocida como "Guerra de posiciones".
Guerra de posiciones: La guerra de posiciones
Proyectiles. Verdún
Esta fase de la guerra es conocida también como “Guerra de trincheras” por la forma en que se desarrollaron las operaciones militares. Abarcó los años 1915 y 1916. Fue consecuencia del fracaso de la guerra relámpago iniciada por los alemanes en 1914.
Supuso un cambio de estrategia respecto a la fase precedente y abrió paso a la guerra de frentes estables que inmovilizó a los ejércitos en líneas de trincheras que se extedieron a lo largo cientos de kilómetros, desde el Mar del Norte hasta Suiza.
La guerra de trincheras I
Los alemanes, una vez fracasada la ofensiva inical, adoptaron una estrategia defensiva y se atrincheraron en el frente occidental tratando de proteger sus posiciones y concentrando la mayor fuerza ofensiva en el frente oriental.Según sus planes, una vez vencidos a los rusos, llegaría el momento de derrotar a los aliados occidentales: Francia y Gran Bretaña.
El nuevo escenario bélico abrió paso a una guerra de desgaste desarrollada esencialmente en territorio francés y belga, que produjo un elevadísimo número de bajas y arruinó la moral de los soldados.
Las tropas se vieron obligadas a luchar durante meses en trincheras, en penosas condiciones, bajo la constante acción de la artillería, rodeados de alambradas, enfangadas en terrenos infectados de roedores y sometidas a la machacona acción de las armas automáticas y los nuevos ingenios bélicos (lanzallamas, gases, etc).
Cadáveres de soldados franceses
La guerra de trincheras II
En el frente ruso los alemanes habían alcanzado exitosas victorias, sin embargo en el occidental fueron los aliados quienes tomaron la iniciativa durante el transcurso de 1915, lanzando ofensivas en Champaña y Artois que fueron contenidas por los alemanes.
Los italianos intervinieron frente a los austríacos por el río Isonzo cosechando grandes pérdidas. Sin embargo, ninguno de los dos contendientes consiguió romper el frente, que permaneció casi invariable.
Durante los meses de 1916 se desencadenaron una serie de acciones con el fin de romper las líneas enemigas. El punto donde se concentró el ataque alemán fue la fortaleza de Verdún. Allí se sucedieron violentos combates entre febrero y diciembre (“Infierno de Verdún”). Los franceses resistieron al mando del general Petain. El resultado de la batalla arrojó enormes pérdidas por ambos bandos, calculándose en 750.000 bajas entre muertos y heridos. El general Falkenhayn fue sustituido por Hindenburg en el mando alemán.
Verdún. Documental
General Petain
General Nivelle
Batalla del Somme
Con el fin de distraer la acción de los alemanes las fuerzas británicas y francesas iniciaron una ofensiva en el norte de Francia, en torno al río Somme. Las bajas fueron de nuevo descomunales, superiores a las de Verdún (1 millón); tan solo durante el primer día de la batalla (1 de julio de 1916) los británicos perdieron cerca de 60.000 hombres. Joffre fue sustituido en el mando por el general Nivelle.
En el frente oriental los rusos, tras las enormes pérdidas del año anterior consiguieron al mando del general Brusilov obtener éxitos en Galitzia, aunque los imperios centrales reaccionaron en pocas semanas y comenzaron a apreciarse los primeros síntomas de desplome en el ejército ruso.
A. BrusilovEn la primavera de 1916 tuvo lugar el hecho naval más importante de la contienda, la batalla de Jutlandia, que se saldó con un ligero triunfo de la flota alemana sobre la británica. No obstante, los buques alemanes se retiraron a sus bases, interviniendo en adelante sólo en contadas ocasiones y dejando el peso de la guerra en el mar a los submarinos.
La cirisis:
Hospital alemán en Berlín
El equilibrio militar de finales de 1916 y la imposibilidad de dar fin a la guerra a corto plazo puso en dificultades a los beligerantes. Tropas y retaguardia fueron presa de una creciente desmoralización .
Durante 1917 se desencadenaron protestas de soldados y mandos que se transformaron en auténticos motines que fueron duramente reprimidos. La unidad política se quebró en el seno de cada una de las potencias e innumerables voces clamaron contra la guerra, exigiendo una paz negociada. Surgieron iniciativas de paz como la de Wilson (presidente de los Estados Unidos) o la del papa Benedicto XV, pero finalmente se impusieron las tesis de los partidarios de continuar la contienda.
Presidente Wilson
Papa Benedicto XV
Mariscal Petain
G. Clemenceau
En Francia la especial dureza de los combates en las trincheras, unida a la escasez de víveres y pertrechos, provocaron huelgas en la industria metalúrgica y la sucesión de una serie motines (primavera de 1917) que fueron frenados mediante numerosos fusilamientos. El general Nivelle fue sustituido por el mariscal Petain quien logró restaurar la disciplina militar. El gobierno fue asumido por Georges Clemenceau.
En Gran Bretaña los laboristas se alejaron del gobierno al tiempo que se sucedían numerosas huelgas. Se hizo cargo del ejecutivo David Lloyd George, partidario de proseguir la guerra y promotor de una serie de medidas que lograron incrementar la eficacia del ejército.
Lloyd George
Hindenburg y Ludendorff
En Alemania se libraron enconadas luchas políticas entre los partidarios de continuar la lucha y los que propugnaban su fin. A la postre se impusieron los primeros, significados por Hindenburg y Ludendorff, generales del Estado Mayor.
Los más moderados, representados por el canciller Bethmann-Hollweg, estaban decididos a limitar la lucha submarina al considerar que incrementaba el riesgo de una intervención militar norteamericana. Los submarinos alemanes habían declarado la guerra total, tanto contra los buques de países beligerantes, como contra los neutrales.
En Austria-Hungría el ejército que combatía en varios frentes comenzó a dar signos de desplome. A ello se unió la escasez de abastecimientos en las ciudades.
Artillería austro-húngara
Los descontentos crecieron y se transformaron en reivindicaciones nacionalistas, de modo que húngaros, checos y polacos empezaron a demandar su independencia del Imperio.
Italia, a la que los austro-húngaros habían infligido seversas derrotas, se encontraba en una delicada situación y reclamaba la ayuda del mando aliado, que envío varias divisiones franco-británicas para evitar su derrumbe militar.
Mohamed V
En el Imperio Turco, tras una serie de reveses que le hicieron perder Palestina y Mesopotamia a manos británicas, la situación se tornó insostenible.
Rusia fue sin duda el escenario más convulso de esta etapa. Presa de un fuerte descontento debido a la escasez de víveres y los continuos descalabros militares, fue presa de diversos motines que desembocaron finalmente en la Revolución de febrero de 1917. El zar se vió obligado a abdicar y se constituyó un Gobierno Provisional de corte occidental liderado por Kerenski, que en contra de la mayoría de los rusos decidió proseguir la lucha.
Nicolás IIKerensky junto a las tropas
Lenin
Meses más tarde, en Octubre de 1917, un golpe de estado acabó con el gobierno burgués de Kerensky y aupó al poder a los comunistas de Lenin. Éste entabló conversaciones con las potencias centrales con el fin de poner término a la guerra en el frente oriental, hecho que se materializó finalmente con la firma del Tratado de Brest-Litovsk en marzo de 1918.
Por él se imponía a Rusia la pérdida de extensos territorios (Estonia, Letonia, Lituania, Finlancia, etc). El abandono ruso significó un giro radical en el conflicto: el frente oriental quedaba libre de contiendas y ello permitió a las potencias centrales concentrar la totalidad de sus ejércitos en el frente occidental.
Tratado de Brest-Litovsk
Sin embargo, la entrada en guerra de Estados Unidos (también lo hizo Grecia) en la primavera de 1917 alteró radicalmente las espectativas de alemanes y austro-húngaros: supuso la apertura de un nuevo frente en los Balcanes pero, ante todo, la irrupción de una potencia extraordinaria que con su formidable peso económico, demográfico y militar, inclinó la balanza definitivamente del lado de los aliados.
Interior de un submarino
Las razones que llevaron a los estadounidesnes a intervenir en la guerra se debieron en parte a la agresiva ofensiva en el mar desarrollada por los alemanes. Las tesis belicistas se habían logrado imponer a las más moderadas y Alemania había declarado una guerra submarina total.
El torpedeamiento del carguero estadounidense Vigilantia en marzo de 1917 tuvo una enorme repercusión en la prensa estadounidense e influyó en el cambio de actitud de la opinión pública, hasta entonces remisa a entrar en guerra.
También influyó en esa decisión la interceptación por los servicios de espionaje británicos del llamado "Telegrama de Zimmermann" por el que Alemania daba instrucciones a su embajador en México para que intentase incorporar a este país en la contienda en contra los Estados Unidos. El 2 de abril de 1917 el presidente Wilson declaró la guerra a Alemania.
A. Zimmermann
lunes, 18 de enero de 2010
Desamortizacion
Consistió en poner en el mercado, mediante una subasta pública, las tierras y bienes no productivos en poder de las llamadas «manos muertas», es decir la Iglesia Católica o las órdenes religiosas y territorios nobiliarios, que los habían acumulado como habituales beneficiarias de donaciones, testamentos y abintestatos.
Su finalidad fue acrecentar la riqueza nacional y crear una burguesía y clase media de labradores propietarios. Además, el estado obtenía unos ingresos extraordinarios con los que se pretendían amortizar los títulos de deuda pública.
La desamortización se convirtió en la principal arma política con que los liberales modificaron el régimen de la propiedad del Antiguo Régimen, para implantar el nuevo Estado burgués durante la primera mitad del siglo XIX.
Nº de desamortizaciones: 2
Guerra de cuba
Este conflicto es generalmente denominado en España el desastre del 98, o Guerra de Cuba y, en Cuba, Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana. Es incorrectamente llamado también Guerra Hispano-Americana por influencia de la manera en que se lo conoce en Estados Unidos, Spanish-American War.
Sus principales resultados fueron la "independencia" de Cuba y la pérdida, por parte de España, del resto de sus colonias en América y Asia (Puerto Rico, Filipinas y Guam) , cedidas a Estados Unidos, que se convertiría en potencia colonial.
PSOE y UGT
El primer programa del nuevo partido político fue aprobado en una asamblea de 40 personas, el 20 de julio de ese mismo año. Como partido obrero y de clase, el PSOE se adhirió a la II Internacional, que agrupaba a los partidos socialistas marxistas hasta su colapso ante la Primera Guerra Mundial.
El PSOE fue el segundo partido socialista y obrero que se fundó en el mundo (sólo el Partido Socialdemócrata de Alemania, SPD, se había fundado con anterioridad), celebrando su primer congreso en Barcelona en 1888, aunque no logró representación parlamentaria hasta el 8 de mayo de 1910, cuando la Conjunción Republicano-Socialista permitió a Pablo Iglesias obtener 40.899 sufragios y el título de diputado a Cortes. Fue reelegido en 1914, en vísperas del asesinato de Jean Jaurés, con 21.956 sufragios, esta vez presentándose por Oviedo. El 9 de abril de 1916 repitió escaño con 18.054 sufragios. No sería hasta el 24 de febrero de 1918 tras la huelga general de 1917 que Iglesias, que obtuvo 27.694 votos, estuvo acompañado por primera vez por otros socialistas: Julián Besteiro, Andrés Saborit, Francisco Largo Caballero, Daniel Anguiano e Indalecio Prieto, miembros encarcelados del comité de huelga.
UGT:En el año 1888, a las 10’30 horas del 12 de agosto, veintiséis hombres tomaban asiento en el salón del Círculo Socialista ubicado en la calle Tallers, 29, de Barcelona, para iniciar el Primer Congreso Nacional Obrero: Antonio García Quejido, Pablo Iglesias, Juan Serna, Basilio Martín Rodríguez, Pablo Roca, Pedro Botifoll, Ramón Cuñé, Constantino Amigó, Antonio Cortés, Juan Roca, Baldomero Carbonell, Rafael Orrioles, José Anguera, Toribio Reoyo, Salvador Ferrer, Cristóbal Uño, Antonio Torroella, José Sarcos, Ramón Perramón, Jaime Mora, Juan Matas, J. Castells, José Pons, Juan Boixader, Juan Palomero y Antonio Moliner. Estos 26 delegados, que representaban a 44 sociedades de oficios (28 de ellas de Cataluña y 16 a las provincias castellanas) y a un total de 5.154 afiliados, de los que 1.391 correspondían a la Federación Tipográfica Española, habían llegado animados por un empeño común: constituir la primera Organización nacional de sociedades obreras para defender sus intereses de asalariados frente a la patronal.
El Congreso duró hasta el día 14 y en la segunda sesión un tipógrafo llamado Pablo Iglesias Posse proponía que la nueva Organización obrera llevara por nombre "Unión General de Trabajadores de España". La sugerencia fue aprobada por el Congreso, que antes de cerrar sus sesiones eligió como presidente de la organización a un compañero de Pablo Iglesias, el también tipógrafo Antonio García Quejido, secretario a su vez de la Federación Socialista Madrileña.
La recién nacida UGT se organiza a base de Sindicatos de Oficio a nivel local y por Federaciones a nivel nacional, queda aprobado un programa de fijación de salarios mínimos, y se acuerda la petición de la jornada de ocho horas. La cuota de afiliación queda fijada en cinco céntimos. Como órgano directivo entre Congresos actúa el Comité Nacional. Así cristalizaban los deseos de miles de trabajadores que, a raíz de la aparición de la I Internacional (1864), venían dirigiendo sus esfuerzos a crear Asociaciones obreras basadas en la solidaridad y estructuradas en agrupaciones de oficios.
En torno a una de esas Asociaciones (la Asociación del Arte de Imprimir, de Madrid), y a una de sus figuras más destacadas, Pablo Iglesias, se nuclea la tendencia marxista que sería decisoria para la fundación del PSOE y la creación de UGT, su Organización hermana en el campo laboral. De hecho, pocos días después de la celebración de este Primer Congreso Nacional Obrero se celebra el Congreso del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que establecería como requisito para la militancia en el partido la pertenencia al sindicato recién creado.
Soberania compartida
La españa de la restauracion
Fue el segundo hijo de Víctor Manuel II, rey de Piamonte-Cerdeña y, desde 1861, rey de Italia, de la Casa de Saboya, y de María Adelaida de Austria (bisnieta de Carlos III de España)
Se casó en 1867 con María Victoria del Pozzo con quien tuvo tres hijos: Manuel Filiberto, segundo duque de Aosta, Víctor Manuel, conde de Turín, y Luis, duque de los Abruzos.
Nicolás salmeón: Nicolás Salmerón Alonso (Alhama de Almería, Almería, 10 de abril de 1838 – Pau, Francia, 20 de septiembre de 1908). Político y filósofo español, fue Presidente del Poder Ejecutivo de la Primera República Española durante mes y medio en 1873. Dimitió por negarse a firmar una pena de muerte. Fue catedrático de Historia Universal en la Universidad de Oviedo y de Metafísica en la Universidad de Madrid. Fue estudioso de las teorías de Krause, que inspiraron a la Institución Libre de Enseñanza.
Alfonso XII: Alfonso XII de Borbón, el Pacificador (Madrid, 28 de noviembre de 1857 – El Pardo, 25 de noviembre de 1885), fue rey de España entre 1874 y 1885.
Nacido Alfonso Francisco Fernando Pío Juan de María de la Concepción Gregorio Pelayo de Borbón y Borbón, fue hijo de los reyes Isabel II y Francisco de Asís. Debido a la supuesta homosexualidad del rey consorte, diversas fuentes apuntan como plausible verdadero progenitor al capitán de ingenieros Enrique Puigmoltó.[
Cánovas del castillo: Antonio Cánovas del Castillo (Málaga, 8 de febrero de 1828 – Mondragón, Guipúzcoa, 8 de agosto de 1897), político e historiador español. Presidente del Consejo de Ministros de España durante la mayor parte del último cuarto del siglo XIX.
Fue una de las figuras más influyentes de la política española de la segunda mitad del siglo XIX, al ser el mayor artífice del sistema político de la Restauración, convirtiéndose en el máximo dirigente del Partido Conservador. Es considerado como uno de los más brillantes políticos conservadores de la historia contemporánea española y criticado por sus detractores por crear una falsa apariencia de democracia mediante el «turno de partidos», por suspender la libertad de cátedra en España o por su postura favorable al esclavismo.
Se denomina «canovismo» a la corriente política que tiene por fondo la implantación de una democracia no revolucionaria y tradicional al modelo británico. Ésta, sustentada en la monarquía, creía en el bipartidismo y la alternancia del poder.
Sagasta: Práxedes Mateo Sagasta y Escolar (Torrecilla en Cameros, 21 de julio de 1825 – Madrid, 5 de enero de 1903) fue un ingeniero de caminos y político español, miembro del Partido Liberal, de matiz progresista, varias veces Presidente del Gobierno en el período comprendido entre 1870 y 1902 y famoso por sus dotes retóricas.
Durante sus estudios de ingeniería de Caminos, Canales y Puertos en 1848, fue el único alumno de la Escuela que se negó a firmar un manifiesto en apoyo de la reina Isabel II.
Inició su vida política en Zamora, en 1854, donde había sido nombrado Jefe de Obras Públicas. Allí recibe el cargo de presidente de la Junta Revolucionaria de la ciudad, siendo elegido ese mismo año diputado de las Cortes constituyentes. En 1858 vuelve a ser elegido diputado permaneciendo hasta 1863.
A partir de 1865 colabora en actividades revolucionarias con el general Prim en 1866, participa en la Sublevación del Cuartel de San Gil, motín organizado con el objetivo de destronar a la reina Isabel II. Por su participación en la citada revuelta fue detenido, juzgado y condenado a muerte, pero logra huir y exiliarse en Francia.
Pablo iglesias: Pablo Iglesias Posse (Ferrol, La Coruña, 18 de octubre de 1850 - Madrid, 9 de diciembre de 1925) fue un político español de tendencia marxista[1] y fundador del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y de la Unión General de Trabajadores (UGT). Pablo Iglesias nació en una familia humilde. Fue bautizado con el nombre de Paulino, siendo su padre Pedro de la Iglesia Expósito, empleado del ayuntamiento de Ferrol y su madre Juana Posse.
Asistió a la escuela entre los seis y los nueve años, cuando su padre murió, a los 9 años emigró junto a su madre y su hermano menor Manuel (que más tarde moriría de tuberculosis) hacia Madrid. El viaje lo hicieron a pie su madre y él, mientras que su hermano pequeño fue enviado con antelación en una carreta. Al llegar a Madrid, donde esperaban acogerse a la ayuda de un familiar, se encontraron que éste había fallecido y estaban desamparados. Debido a la falta de fondos de su madre, fue ingresado en el hospicio de San Fernando, que abandonó a los 12 años. Durante esta etapa se forjó su carácter reivindicativo, ante las durísimas condiciones que padecían los niños ingresados en la institución. Toda su vida arrastraría en su salud las secuelas de aquellos años.
Acabados sus estudios primarios y de tipógrafo, entró a trabajar en una imprenta a la vez que asistía a clases nocturnas de francés pagadas por él mismo.
lunes, 11 de enero de 2010
2 Constitución española de 1812
2.1 Características de la Constitución de 1812
2.2 Principios inspiradores
2.3 Derechos y deberes de los ciudadanos
2.4 Instituciones políticas
2.4.1 Parlamento
2.4.2 Rey y Consejo de Estado
2.4.3 Secretarios de Estado y de Despacho
2.4.4 Organización territorial
3 Estatuto Real de 1834
3.1 Características del Estatuto Real
3.2 Principios inspiradores
3.3 Órganos institucionales
3.3.1 Las Cortes
3.3.2 El Rey
3.3.3 El Gobierno
4 Constitución española de 1837
5 Constitución española de 1845
6 Proyecto constitucional de 1852
7 Constitución no promulgada de 1856
8 Constitución española de 1869
9 Proyecto de Constitución Federal de 1873
10 Constitución española de 1876
Guerras carlistas
La muerte del Rey Fernando VII sin hijos varones, trajo a España grandes problemas sucesorios que se unieron a los problemas de inestabilidad política.
La existencia de única descendencia femenina, Isabel, impulsó al rey a derogar la Ley Sálica, establecida en España en 1705, que impedía a las mujeres el acceso al trono. Su hermano Carlos María Isidro, hasta entonces su heredero, se refugió en Portugal y se negó a reconocer a su sobrina como heredera. A la muerte del rey en 1833, se proclamó reina a Isabel II, que era menor de edad, bajo la regencia de su madre María Cristina. Casi inmediatamente los partidarios del príncipe Carlos se sublevaron en varias provincias españolas dando lugar a la Primera Guerra Carlista.
Pero esta guerra no era solamente dinástica sino que entroncaba con las profundas diferencias ideológicas entre absolutistas y liberales. Así la sublevación carlista no sólo tenía por objeto el acceso al trono de Carlos María Isidro, sino también defender la monarquía tradicional frente a la creciente influencia de los liberales. El apoyo de los liberales a Isabel II era un intento de evitar la subida al trono de un rey aún más reaccionario que Fernando VII.
Otros aspectos a tomar en consideración eran el religioso y el foralista. El triunfo de las tesis liberales suponía la pérdida de poder de la Iglesia y el establecimiento de un régimen político homogéneo que chocaba con los privilegios organizativos de determinadas partes de España (los fueros). Por eso la insurrección carlista triunfó el las zonas de España donde mayor era la influencia del clero y de los privilegios forales existentes o perdidos tras la Guerra de Sucesión Española (1700-1714).
El Carlismo era fuerte en Galicia, Navarra, las provincias vascas (salvo las capitales de las provincias, de tendencias liberales), algunas regiones de la antigua Corona de Aragón, como Cataluña y parte del propio Aragón y, ocasionalmente, en algunas zonas de Castilla y León.
La guerra se desarrolló en tres fases. La primera, que abarca entre 1833 y 1835, fue una fase en la que los carlistas llevaron la iniciativa de la mano del brillante general Zumalacárregui. Sin embargo en este periodo comenzaron a producirse discrepancias en ambos bandos. Los Carlistas empezaron a dividirse entre pactistas e intransigentes y los Isabelinos, a su vez, entre moderados y radicales.
Estas diferencias dentro de los dos bandos produjeron un estancamiento de la situación de la guerra. Los carlistas eran incapaces de extender la rebelión fuera de sus zonas y los isabelinos no podían sofocar la rebelión. En gran parte, el fracaso carlista se debió a la muerte de Zumalacárregui durante el sitio de Bilbao en 1835.
La tercera fase abarca de 1837 a 1840. En ella se produce un recrudecimiento de la influencia carlista en Aragón y Cataluña de la mano del general Cabrera, otro brillante militar. La guerra parecía no tener fin, pero dentro de cada bando comenzaron a tener preponderancia los elementos pactistas y moderados que lograron llegar a un acuerdo en el que se hacían mutuas concesiones, reconociendo los fueron sin perjuicio de la unidad constitucional. Con el denominado "Abrazo de Vergara" entre el General en Jefe carlista, Maroto, y el General liberal Espartero, se puso fin a la guerra en el norte pero la misma continuó en Cataluña hasta la definitiva derrota de Cabrera. La causa de la continuación de la insurrección carlista en Cataluña era el sentimiento de traición por el abrazo de Vergara, que consumaba el mantenimiento de los fueros en las provincias que aún los tenían, mientras las provincias que reclamaban su restablecimiento habían sido olvidadas.
El incumplimiento de las promesas liberales condujo a otras dos guerras carlistas. La segunda, de escasa importancia y duración, en la década de los 40 y la tercera, entre 1872 y 1876, que supuso el ocaso del Carlismo como fuerza organizada.
Mendizabal
Hijo de Rafael Álvarez Montañés, comerciante, y de Margarita Méndez, aprendió idiomas modernos y recibió formación comercial en el negocio de su padre. Durante la Guerra de la Independencia, sirvió en el Ejército del Centro y, habiendo sido capturado en dos ocasiones, logró fugarse en ambas. El 21 de febrero de 1812 se casó con Teresa Alfaro y desde entonces decidió cambiar su segundo apellido, Méndez, por Mendizábal, para ocultar el origen al parecer judío de los Méndez, según la opinión más generalizada, por más que en 1811, siendo Ministro de Hacienda del Ejército del Centro, firmaba ya sus documentos como Mendizábal, tal y como se puede encontrar en el Archivo Histórico Provincial de Albacete, por lo que su nombradía como Mendizábal le precedía antes de casarse.
Entró en contacto con Vicente Bertrán de Lis, del que aceptó un empleo, pasando poco después a ser socio suyo. Comisario de guerra honorario en 1817. Desde 1819 se encarga de los suministros del ejército de Andalucía, lo que le permite prosperar y le pone en contacto con los revolucionarios liberales, convirtiéndose en uno de ellos. Fue masón del "Taller Sublime" de Cádiz junto a Francisco Istúriz y Antonio Alcalá Galiano. Adelantó dinero (que se hizo pagar) para la conspiración de Rafael del Riego y se unió a su tropa desde el 27 de enero hasta el 4 de marzo de 1820. Se dedica por entonces a la importación de carey de Birmingham para fabricar peines. Durante la marcha de las Cortes a Cádiz en 1823, Mendizábal organizó el traslado y avitualló lo que quedaba del ejército y se encargó también de la intendencia de la Cádiz sitiada. El 30 de septiembre de ese año escapó a Gibraltar. Condenado a muerte por el absolutista Fernando VII como tantos otros, marchó emigrado a Londres, donde ingresó en prisión por deudas, aunque pronto logró salir a flote negociando la importación de vinos españoles. Allí consolidó una gran red de amigos y socios que en el futuro le resultarían muy útiles. Sus negocios le llevaron a Francia al menos en 1828 y en 1830.
Biografias
Carlos Mª isidoro de borbón: Carlos María Isidro Benito de Borbón y Borbón-Parma (Madrid, 29 de marzo de 1788 – Trieste, 10 de marzo de 1855), conde de Molina e infante de España, fue el primer pretendiente carlista al trono español, con el nombre de Carlos V. Fue el segundo hijo de Carlos IV y María Luisa de Parma y hermano de Fernando VII. También fue conocido como Don Carlos.
Carlos nació en el Palacio Real de Madrid. Entre 1808 y 1814 vivió prisionero de Napoleón en Valençay con sus hermanos. En 1814 volvió con el resto de la familia real a Madrid. En septiembre de 1816 se casó con su prima la infanta de Portugal María Francisca de Portugal (o de Braganza), hija del rey Juan VI de Portugal y de Carlota Joaquina de Borbón, su hermana. La pareja tuvo tres hijos:
Carlos Luis de Borbón y Braganza, conde de Montemolín (1818–1861);
Juan Carlos de Borbón y Braganza, conde de Montizón (1822–1887);
Fernando de Borbón y Braganza (1824–1861).
Espartero: Joaquín Baldomero Fernández-Espartero Álvarez de Toro (Granátula de Calatrava (Ciudad Real), 27 de febrero de 1793 - † Logroño, 8 de enero de 1879). Príncipe de Vergara, Duque de la Victoria, Duque de Morella, Conde de Luchana y Vizconde de Banderas, títulos concedidos por su carrera como General y Regente de España.
Su padre había encauzado su formación para un destino eclesiástico pero la Guerra de la Independencia le arrastró desde muy joven al frente de batalla, que no abandonó hasta veinticinco años después. Combatiente en tres de los cuatro conflictos más importantes de España en el siglo XIX, fue soldado en la guerra contra la invasión del francés, oficial durante la guerra colonial en el Perú y General en Jefe en la guerra civil.
Narvaéz: Ramón María Narváez y Campos, primer duque de Valencia (Loja, 5 de agosto de 1800 — Madrid, 23 de abril de 1868), fue un militar y político español, siete veces presidente del consejo de ministros entre 1844 y 1868. Conocido como El Espadón de Loja.
Su carrera militar comenzó en el regimiento de Guardia Valona en 1815, y durante el Trienio Constitucional (1820-23) se decantó por los partidarios del liberalismo. Integrado en el Batallón Sagrado, tuvo un papel destacado en la lucha contra la sublevación absolutista de la Guardia Real en Madrid (julio de 1822), y sirvió bajo el mando de Francisco Espoz y Mina en Cataluña, donde sería hecho prisionero por las tropas de los Cien Mil Hijos de San Luis. Permaneció en Francia hasta 1824. Tras rechazar cualquier tipo de cargo durante el reinado de Fernando VII, se incorporó en 1834 al lado de los isabelinos durante las Guerras Carlistas. En julio de 1835 participó en la Batalla de Mendigorría, al frente del batallón del Infante. Su actuación le valió el ascenso a teniente coronel, y en 1836 tomaría parte en la Batalla de Arlabán, obteniendo su promoción a brigadier.
Mª Cristina: María Cristina de Borbón-Dos Sicilias (Palermo, 27 de abril de 1806 – Sainte-Adresse, Francia, 22 de agosto de 1878), madre de Isabel II de España y cuarta mujer del rey de España Fernando VII, con quien se casó el 11 de diciembre de 1829. Fue hija de Francisco I (1777–1830), rey de las Dos Sicilias y de la infanta María Isabel de Borbón (1789–1848), hija del rey Carlos IV.